[epígrafe]
“Sin personajes la literatura no es más que tedio y mala palabrería. Sólo los personajes posibilitan el éxtasis narrativo, la plena trasmigración del alma a otras formas y otros destinos, riesgos, perplejidades, emociones esa metempsicosis en la que consiste el auténtico placer del texto. Quien no es capaz de crear personajes, disfrace del modo que sea esta impotencia, quizá pueda escribir versos, pero es cierto que no tiene nada que contar y por tanto será higiénico huir de sus experimentos novelescos. Ahora bien, el reino de las individualidades imaginarias tiene muchas moradas: abarca desde esos muñecotes de ojos de alfiler y panza llena de aserrín, pero a los que vemos vivir (Stevenson dixit) hasta los desvanecidos sujetos de las Memorias del subsuelo de Dostoievski o de las novelas de Franz Kafka.
¡Guay de quien pretenda degradar la libertad agresiva de su propio gusto a una preceptiva literaria más! Sería no entender la raíz misma de lo que se defiende. Se dice demasiado apresuradamente que la predilección que sentimos los lectores por unos u otros personajes viene de la facilidad con que nos con ellos. Este planteamiento precisa algunas puntualizaciones: no es que nos identifiquemos con el personaje, sino que éste nos "identifica", nos aclara y define frente a nosotros mismos; algo en nosotros se identifica con esa individualidad imaginaria, algo contradictorio con otras "identificaciones" semejantes, algo que de otro modo quizá sólo en sueños hubiera alcanzado carta de naturaleza.
Fernando Savater (Criaturas del Aire)
2 comentarios
manuel tlatoani -
mariana solis -